domingo, 27 de junio de 2010

Los yaravíes y las fábulas melgarianas

Mariano Melgar Valdivieso nació un 10 de agosto de 1790 en Arequipa y desde muy corta edad fue educado en el seminario de San Jerónimo. Fue, pues, preparado a la manera clasicista: ferviente admirador de Quintana, conocedor del latín, traductor de Virgilio y de Oividio (Arte de Olvidar). Teniendo una infancia bastante académica llegó a ser catedrático en años posteriores.

Por el año 1810 conoceria a María Santos Corrales (Silvia) de la cual viviría profundamente enamorado. Es por estos años que realiza un viaje de estudios a la ciudad de Lima, donde reinaba la confusión y los motivos conspiradores (recordemos que eran años en que se desataban movimientos emancipatorios). Algún tiempo después regresa a Arequipa para realizar una vida aparentemnte pasiva.

Sin embargo en el año 1814 se suscitó un sublevación en el Cusco dirigida por Mateo Pumacahua. La rebelión duraría un año más y llegó hasta el sur del Perú. Finalmente, los revolucionarios patriotas serían derrotados en Umachiri (Puno) por el bando realista. Melgar era integrante del bando derrotado, fue capturado y posteriormente ejecutado el 12 de marzo de 1815.

A pesar de que murió a muy corta edad, Mariano Melgar fue compositor de muchas piezas poéticas como elegías, sonetos, odas, fábulas y yaravíes. La fábula, como dice Sánchez, fue muy bien cultivada por los nativos americanos, siendo aprovechada por Melgar. Inspirado en la naturaleza le serviría, la fábula, como un ataque oculto contra los dominantes. El yaravíe, que tiene origen incaico, era enun inicio un canto de despedida y fúnebre. Melgar haría uso de su carácter nostálgico e incluiría además el tema amoroso. Por esto último Mariano Melgar puede ser considerado como un romaticismo propio y particular en el Perú.

Por falta de tiempo no he podido publicar algunos yaravíes más y las fábulas. Dentro de poco estarán listos.

Pueden seguir el enlace para leer algunos yaravíes: Yaravíes melgarianos

domingo, 13 de junio de 2010

El suicidio y Un viaje

En marzo de 1828, don Felipe Pardo y Aliaga está de regreso en el Perú, luego de haber pasado siete años estudiando en España. Con solo 21 años y con formación neoclásica (recordemos que estudió bajo la tutela de Lista y de Hermosilla en Madrid), se intengra a la élite política y cultural limeña, y pronto empieza a pubicar poemas y crónicas teatrales en diarios peruanos.

A su llegada -y con mucho apego al teatro- observó que las funciones teatrales eran adaptaciones de obras españolas, francesas, inglesas, y en menor medida de italianas y alemanas. No existía un desarrollo del teatro local. Notemos que en el año 1829 solo el teatro nacional había aparecido en el sainete La novelería o los ladrones de Lima, y que sirvió como intermedio de una tragedia española.

Movido por la necesidad de que el teatro nacional produzca obras ambientadas en Lima y que reflejen sus costumbres, él y José Antolín Rodulfo empiezan a publicar, entre junio y diciembre de 1828, crónicas teatrales en el Mercurio Peruano, enfrentándose así a don José Joaquín Larriva (quien escribía para El Telégrafo). Después de este breve paso por el Mercurio, Pardo escribe tres comedias: Frutos de la educación (1830), Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho (1833) y Una huérfana en Chorrillos (1833).

Ya en el año 1840, Pardo inicia la publicación de su períódico El espejo de mi tierra (que sólo contaría con tres números, dos en 1840 y uno en 1859). Publica en el periódico tres artículos costumbristas: El paseo de Amancaes, Ópera y nacimiento, y su conocido Un viaje. Además de publicar una canción titulada El suicidio.

Ambos, El suicidio y Un viaje, aparecen en el número dos de El espejo de mi tierra. La canción la escribió durante uno de su destierros y es de un tono marcadamente pesimista, además fíjese de lo melodiosa y potente de la pieza. El artículo es de corte satírico y ataca la antigua manera de viajar de los limeños, tomando para ello la figura estelar del niño Goyito, quien es un señor de 52 años, y que no ha dejado de comportarse como todo un niño de mamá. La trascendencia del viaje de Goyito es para la ciudad un hecho que se compara con la crucifixión de Jesús (se hace alusión a los acontecimientos como antes y después del viaje de Goyito).

Pueden seguir el enlace para leer la canción: El suicidio
Pueden seguir el enlace para leer el artículo: Un viaje